jueves, 3 de octubre de 2013

MICROMACHISMO

MICROMACHISMOS:

LA VIOLENCIA INVISIBLE EN LA PAREJA

INTRODUCCIÓN
La violencia de género es toda acción que limita o restringe la libertad y dignidad de las mujeres, podemos comprobar que quedan ignoradas múltiples prácticas de violencia y dominación masculina en lo cotidiano, algunas consideradas normales, algunas invisibilizadas y otras legitimadas, y que por ello se ejecutan impunemente.

PODER Y GÉNERO
En las relaciones de mujeres y varones no se juegan sólo diferencias sino sobre todo desigualdades, abordar los mM, algunas ideas que hacen a la comprensión del tema del poder entre los géneros, sustentadas en pensamientos de Foucault y los estudios feministas aplicados a las familias y a las parejas. El poder no es una categoría abstracta; el poder es algo que se ejerce, que se visualiza en las interacciones. Este ejercicio tiene un doble efecto: opresivo.
La palabra "poder" tiene dos acepciones: la capacidad de hacer, el poder personal de existir, decidir y autoafirmarse. Es el poder autoafirmativo, requiere para su ejercicio una legitimidad social y el poder de dominio. este segundo tipo de poder, que es el de quien ejerce la autoridad.
La cultura androcéntrica niega ese derecho a las mujeres. Así los varones quedan ubicados como superiores, y por creerse superiores, es que sienten que tienen derecho a tomar decisiones o a expresar exigencias a las que las mujeres deben sentirse obligadas.
Este poder de dominio masculino, arraigado como idea y como práctica en nuestra cultura se mantiene y se perpetua, entre otras razones por:

·         La división sexual del trabajo, que aún adjudica a la mujer el espacio doméstico,

·         Su naturalización y su inscripción axiomática en las mentes de mujeres y varones.

·   La falta de recursos de las mujeres y la deslegitimación social de su derecho a ejercer el poder autoafirmativo. 

      El poder del modelo tradicional de la "superioridad" masculina como configurador de hábitos y comportamientos masculinos sigue siendo enorme. Los mM son uno de esos comportamientos, quizás los más frecuentes con los que los varones expresan y defienden su supuesta superioridad y su derecho a ejercer dominio sobre las mujeres.

LOS MICROMACHISMOS
 Los Mm. son prácticas de dominación y violencia masculina en la vida cotidiana. Los mM comprenden un amplio abanico de maniobras interpersonales que impregnan los comportamientos masculinos en lo cotidiano. En la pareja se manifiestan como formas de presión de baja intensidad más o menos sutil, con las que los varones intentan, en todos o en algunos ámbitos de la relación:

·         imponer y mantener el dominio y su supuesta superioridad sobre la mujer, objeto de la maniobra;
·         reafirmar o recuperar dicho dominio ante la mujer que se "rebela" de "su" lugar en el vínculo;
·        resistirse al aumento de poder personal o interpersonal de la mujer con la que se vincula, o aprovecharse de dichos poderes;
·         aprovecharse del "trabajo cuidador" de la mujer.

     Los Mm. son microabusos y microviolencias que procuran que el varón mantenga su propia posición de género creando una red que sutilmente atrapa a la mujer, atentando contra su autonomía personal si ella no las descubre y sabe contramaniobrar eficazmente. son las "armas" masculinas más utilizadas con las que se intenta imponer sin consensuar el propio punto de vista o razón. Su objetivo es anular a la mujer como sujeto, forzándola a una mayor disponibilidad e imponiéndole una identidad "al servicio del varón.
MICROMACHISMOS COERCITIVOS
    Los mM, el varón usa la fuerza  , para intentar doblegar a la mujer, limitar su libertad y expoliar el pensamiento, el tiempo o el espacio, y restringir su capacidad de decisión.  
 Intimidación :Los mM que está en el límite entre la violencia psicológica y los mM propiamente dichos.
Control del dinero: Gran cantidad de maniobras son utilizadas por el varón para monopolizar el uso o las decisiones sobre el dinero, limitándole su acceso a la mujer. 
 No participación en lo doméstico: Basada en la creencia que lo doméstico es femenino y lo público masculino.
Uso expansivo-abusivo del espacio físico y del tiempo para sí: Las mM se apoyan en la idea de que el espacio y el tiempo son posesión masculina,   la mujer tiene poco derecho a ellos. 
Insistencia abusiva: Conocido popularmente como "ganar por cansancio", este mM consiste en obtener lo que se quiere por insistencia inagotable.
Imposición de intimidad:Este mM consiste en una acción unidireccional de acercamiento cuando el varón desea, es una práctica coactiva en cuanto el varón no se molesta en negociar movimientos hacia la intimidad.
Apelación a la "superioridad" de la "lógica" varonil:  Se recurre a la "razón" (varonil) para imponer ideas, conductas o elecciones desfavorables a la mujer.
Toma o abandono repentinos del mando de la situación: Son maniobras o menos sorpresivas de decidir sin consultar, anular o no tener en cuenta las decisiones de la mujer, basados en la creencia del varón de que él es el único que tiene poder de decisión.
MICROMACHISMOS ENCUBIERTOS: Estos mM son los que atentan de modo más eficaz contra la simetría relacional y la autonomía femenina, por su índole insidiosa y sutil que los torna especialmente invisibles en cuanto a su intencionalidad. El varón oculta su objetivo de dominio y forzamiento de disponibilidad de la mujer. 
Abuso de la capacidad femenina de cuidado: Este es el grupo de mM probablemente más avalado y silenciado por la cultura.   el varón utiliza y explota la capacidad de las mujeres de cuidado hacia otras personas. Esta capacidad está muy desarrollada en ellas por efectos de su socialización que las impele a "ser para otros".
Entre estos mM tenemos:
  •           Maternalización de la mujer. La inducción a que la mujer sea como una madre tradicional: cuidadosa y comprensiva, es una práctica que impregna el comportamiento masculino.
  •      Delegación del trabajo de cuidado de los vínculos y las personas. Maniobras basadas en la creencia que lo doméstico y el cultivo de la conexión son patrimonio de la mujer. 
Creación de falta de intimidad: los varones tienen dificultades para la intimidad., pero también es cierto que la evitación de la intimidad es un recurso de dominación que ellos utilizan cotidianamente. los mM de este grupo, que son maniobras activas de alejamiento, que impiden la conexión y evitan el riesgo de perder poder y quedar a merced de la mujer, más experta habitualmente en el manejo de las relaciones de cercanía.
Aquí podemos considerar diferentes grupos:
  •         Silencio
  •        Aislamiento y puesta de límites
  •        Avaricia de reconocimiento y disponibilidad
  •        Inclusión invasiva de terceros

Seudointimidad: En este grupo de mM el varón dialoga, pero manipulando el diálogo, de modo de favorecer el control y el ocultamiento, dejando a la mujer con menos poder al retacearle sinceridad.

  •      Comunicación defensiva-ofensiva
  •       Engaños y mentira

DesautorizaciónEstas maniobras están basadas en la creencia que el varón tiene el monopolio de la razón, lo correcto y el derecho a juzgar las actitudes ajenas desde un lugar superior. 

  • Descalificaciones
  • Negación de lo positivo
  • Colusión con terceros
Paternalismo: En este tipo de maniobra se enmascara la posesividad y a veces el autoritarismo del varón, haciendo "por" y no "con" la mujer e intentando aniñarla. 
Manipulación emocional: Tenemos aquí a un grupo de mM donde el varón utiliza el afecto no para el intercambio emocional sino como instrumento para lograr el control de la relación. 
  • Culpabilización-Inocentización
  • Dobles mensajes afectivos
  • Enfurruñamiento
Autoindulgencia y autojustificación: En estas maniobras el varón se autojustifica o es muy indulgente consigo mismo frente a la no realización de tareas o actividades que hacen al cultivo de un vínculo igualitario.
  •  Hacerse el tonto
  • Impericias y olvidos selectivos
  • Comparaciones ventajosas
  • Seudoimplicación doméstica
  • Minusvaloración de los propios errores
MICROMACHISMOS DE CRISIS
Estos mM suelen utilizarse en momentos de desequilibrio en el estable desbalance de poder en las relaciones, tales como aumento del poder personal de la mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del varón por razones de pérdida laboral o de limitación física.
Pertenecen a esta categoría:
  • Hipercontrol
  • Seudoapoyo
  • Resistencia pasiva y distanciamiento
  • Rehuir la crítica y la negociación
  • Victimismo
EFECTOS DE LOS MICROMACHISMOS
La efectividad de todas estas maniobras, junto a la falta de autoafirmación de la mujer, forman una explosiva mezcla con enormes efectos negativos para ella y el vínculo que, como decíamos al comienzo de este artículo suelen ir haciéndose visibles a largo plazo. Habitualmente no suele reconocerse la causalidad interpersonal de estos efectos, que suelen atribuirse culposamente a la mujer.
 En las mujeres los mM suelen provocar:
-          un agotamiento de sus reservas emocionales y de la energía para sí, con una actitud defensiva o de queja ineficaz por el sentimiento de derrota e impotencia que producen, un deterioro muchas veces enorme de su autoestima, una disminución de su poder personal y parálisis del desarrollo personal.
-          un malestar difuso, una irritabilidad crónica y un hartazgo de la relación, de los cuales se culpan por no percibir que su producción es por presión externa, y que son frecuentes motivos de consulta a los dispositivos de salud mental.
 En los varones los efectos de su ejecución de los mM suelen ser:
-       un aumento o conservación de su posición superior y de dominio, con desinterés creciente de las necesidades y derechos de la mujer, una afirmación de su identidad masculina, sustentada en las creencias de superioridad sobre la mujer y la autonomía autoafirmativa con negación de la vincularidad.
-          un aislamiento receloso creciente, ya que el dominio no asegura el afecto femenino, sólo obediencia, y sólo puede generar aumento del control o aumento de la desconfianza e incomprensión hacia la mujer a quien no se puede controlar nunca plenamente.
CONSIDERACIONES FINALES
     Nombrar los mM y ver sus efectos es también anormalizarlos, ya que muchas veces cuando se perciben aisladamente, se juzgan como intrascendentes sin evaluar el daño que producen por reiteración y su capacidad de ser caldos de cultivo para otras violencias. Nombrar los mM es también una tarea que supone el análisis crítico de la cotidianeidad y los comportamientos de "seudoigualdad" que circulan diariamente. Así, ponerlos en evidencia debería ser útil para las que las mujeres pudieran:
-          legitimar y ampliar su registro perceptivo de los comportamientos masculinos de dominación que ellas sufren y que los varones generalmente no reconocen realizar.
-          reconocer el lenguaje de acción y manipulación- que no de palabras -, tan propio de los varones pese a la creencia que la manipulación es un arma fundamentalmente femenina.
-          disminuir la culpabilización inducida por estas maniobras y recuperar su pensamiento y posibilidades de acción autónoma en la vida de pareja cotidiana.
-          aumentar las posibilidades de crear sus modos de evitación y resistencia ya que lo que se ve claramente puede ser mejor combatido.
-          también y de modo importante, saber de sus efectos, porque el no poder detectar que muchos de los malestares emocionales e inseguridades son provocados por el ejercicio de los mM, hace que las mujeres tiendan a adjudicarlos a problemas intrapersonales o a "exageraciones" femeninas. Así surge la doble victimización.


ANEXO
En lo personal:
·         Tratar de develar sus puntos ciegos y revisar sus prejuicios sexistas en relación con su propia posición de género, los aspectos asimétricos de su relación con el otro género y sus creencias sobre la responsabilidad del trabajo doméstico.
·         Revisar ideas y comportamientos en relación con la reciprocidad en el cuidado entre las personas, la justicia y la democracia en los vínculos.
·         Aclararse las propias creencias sobre la determinación de los comportamientos de dominación y sus eventuales justificaciones, y la propia reacción frente a ellos (temor, parálisis o enfrentamiento).

En lo teórico-técnico:
·    Incluir la ética del cuidado mutuo y de la democratización de la vida cotidiana como marco referencial, para ayudar a los varones a hacerse responsables de los efectos de su propia conducta 
·         Conocer los modos de construcción de la condición masculina, sus privilegios y sus costos, a fin de ayudar a la pareja y al propio varón a desconstruir los aspectos dominantes del rol masculino tradicional.
·   Tener una actitud clínica de alerta para detectar las maniobras de control de los varones . Para ello la clasificación antes propuesta puede ser muy útil.
  •  Saber que es probable que el varón intente ejercer maniobras de control sobre el o la terapeuta, más si es mujer. El terapeuta varón debe prestar especial atención a los intentos del varón por lograr su alianza para desautorizar a la mujer.


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